25 julio, 2007

La Iglesia Celta de Irlanda


En algún momento a lo largo del siglo quinto, probablemente en su segunda mitad, San Patricio y algunos otros como él pasaron a la remota y aislada Irlanda con intención misionera. Su éxito fue tan arrollador que los celtas de la isla, que ni siquiera habían tenido contacto con el Imperio Romano, eran ya mayoritariamente católicos a principios del siglo sexto.

Parece que las claves de este éxito estuvieron en la personalidad de los misioneros y en que difundieron su doctrina con el ejemplo, sin imposiciones y respetando las tradiciones locales. Dicho con un estilo moderno la gente alucinaba con aquellos extraños personajes y la admiración les llevaba a la conversión. Así la Iglesia Celta de Irlanda se extendió por todas partes.

¿Que fue lo que caracterizó a aquellos primeros misioneros, a sus discípulos y la iglesia irlandesa primero fundada y luego difundida por ellos?

En primer lugar la vocación ascética. Estaban muy influenciados por el movimiento eremítico y cenobítico de la tradición monástica oriental, la de Siria y, sobre todo, de Egipto. Por tanto, al igual que aquellos buscaban la profundidad del desierto para aislarse y librarse del mundo y de la carne, los de Irlanda buscaban también los lugares más remotos y difíciles para establecerse. El ejemplo extremo sería el monasterio de las Skellig, dos peñascos a unos doce Kmts. de la costa occidental irlandesa. Sin llegar a tanto lo habitual era que aquellos misioneros buscasen zonas retiradas donde tendían a vivir en cuevas y pequeñas cabañas dispersas. Normalmente llegaba uno primero y después otros que se iban estableciendo por la misma zona. Se reunían únicamente para los oficios y terminaban construyendo para ello una pequeña iglesia. Así nacía un nuevo monasterio, con unas cuevas, unas cabañas con techo de paja y una iglesia, siglos más tarde se añadiría una torre como campanario y para vigilar la posible llegada de enemigos como los vikingos. En nuestro primer día de viaje por Irlanda, descendiendo por la Military Road, vimos un excelente ejemplo de este tipo de monasterios: Glendalough, su fundador, San Kevin es un buen ejemplo de asceta.

En segundo lugar el aislamiento respecto Roma lo que daba cierta independencia a la iglesia irlandesa facilitando la presencia de un modelo más monacal que obispal. La figuras dominantes no eran el obispo y la diócesis sino el abad y el monasterio.

En tercer lugar el amor por el conocimiento y por su difusión. Dada la rápida implantación de la nueva doctrina muy pronto la mayor parte de los monjes ya eran irlandeses de origen y por tanto no tenían el latín como lengua propia. Dicen que de su permanente estudio nació el interés por obtener, copiar, acumular y difundir todo tipo de manuscritos. Además la inestabilidad reinante por aquellos tiempos en el continente, que estaba incluso poniendo en peligro y haciendo retroceder al cristianismo, hizo que Irlanda se convirtiese en el refugio de los libros y de los sabios y eso, a su vez, fue atrayendo cada vez a más monjes pues los mejores sitios para el estudio de Europa a lo largo del siglo sexto y séptimo se encontraban allí. Los monasterios irlandeses se convirtieron así en los depositarios principales de toda la sabiduría de la antigüedad grecorromana en lo que había sido el territorio del Imperio Romano de Occidente. Un buen ejemplo sería Clonard, fundado por San Finnian.


Por último el permanente impulso misionero. Por este impulso San Patricio y los demás de su generación cristianizaron la isla en poco tiempo y, casi sin solución de continuidad, a mediados del siglo sexto, monjes irlandeses fundaron monasterios primero por Escocia (p.e. San Columba) y por el resto de la vecina isla e inmediatamente por toda la Europa continental (p.e. San Columbano). De esta manera tanto el cristianismo como los saberes de la antigüedad se difundieron de nuevo por todo el continente partiendo de Irlanda.

Todo esto lo explica de manera muy amena un libro que leí hace años y que se titula "De como los Irlandeses salvaron la Civlización" de Thomas Cahill.

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