Inesperadamente......
En realidad, pese a todo lo que se pueda estudiar, hablar o especular sobre ello, este es el adverbio más adecuado para acompañar al funesto sujeto: el colapso se producirá inesperadamente, desencadenado por razones que hasta poco tiempo antes ni alcanzaremos a ver.
Algo de lo que ahora damos por supuesto (for granted es aquí más exacto), como la luz del sol o el aire que respiramos, iniciará un comportamiento errático o completamente inesperado. Por tanto no podemos ni imaginar ahora que es lo que fallará en concreto llegado el momento, ni cuando ni como sucederá.
La ficción ya nos ha descrito el marco general y nos ha dado algunos ejemplos de los que ya hemos hablado y la matemática, como no, nos ha facilitado también el marco teórico, algún día también hablaré de ello con más detalle.
Como dirían los amantes del Apocalipsis las señales están por todas partes.
Así la comunidad científica asiste estos meses, más o menos desconcertada, a la aparición y rápida propagación por todo el mundo de un extraño mal que aqueja a las abejas y que está diezmando sus poblaciones. Dicen que con ello, si se consolida, podríamos perder hasta un 30% de nuestros alimentos de origen vegetal por falta de polinización. Seguramente en este caso al final no será para tanto y el agua no llegará al río, es un simple ejemplo para ilustrar lo que quiero decir.
Stefan Zweig dedica un capítulo completo de su recomendable biografía a sus vivencias durante "Las primeras horas de la guerra de 1914". Si a esas casi periodísticas 24 páginas les aplicamos algunas de las técnicas de análisis del discurso que ya hemos utilizado en otras entradas, veremos que dos de las palabras que más aparecen, si no las que más, son "de repente", es decir, inesperadamente.
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