22 abril, 2007

Hacia el Sur


Día 13: 15/11/01

Leyendo hacia atrás creo que voy a necesitar un experto cuando me ponga a intentar descifrar todo lo escrito hasta el momento. ¡Entre mi letra y el bamboleo del bus! En fin que tenemos dos largos días de ruta por delante para llegar a la frontera con Bostwana (hacia el sur por primera vez) y después nuevamente hacia el norte hasta el Okavango. Parece que no podemos ir hacia el oeste directamente, a través del corredor de Caprivi como sería lo natural, debido a inestabilidad política en la zona: hace tres años intento de golpe de estado y ahora posible presencia de guerrilla angoleña. Ese desgraciado país del norte lleva ya más de treinta años de guerra civil.


Continuando en donde lo dejamos, anteayer llegamos a Etosha sin más novedad por la misma carretera por la que ahora bajamos. La vegetación se fue haciendo lenta pero perceptiblemente más presente, tanto en árboles como en monte bajo, hasta llegar a ser relativamente abundante en relación a lo que habíamos visto hasta ese momento. Paramos en una granja al lado de la carretera donde tenían unos guepardos y un leopardo. Este último daba una gran impresión de mal humor y potencia. Me recordó a Tunito, nuestro gato siamés con una abuela persa, que si se le molesta hace fuuuuuu muy enfadado, aunque la cosa nunca pasa a mayores. Seguro que con el leopardo sería diferente. O sea que nadie se decidió a saltar la verja.

Finalmente llegamos a las puertas de Etosha-Park: Doble extensión de Asturias y completamente vallado, lo que ha sido una catástrofe para las poblaciones de mamíferos con hábitos migratorios. Debo hacer aquí un inciso para comentar sobre una de las cosas que más llaman la atención de esta inmensidad deshabitada que es Namibia: aparentemente todo está absolutamente vallado y es fácil deducir de ello que toda la tierra tiene dueño, blanco, por supuesto. Las fincas del personal aquí deben de ser como media de la extensión de Extremadura. Haciendo un cálculo grosero con una extensión de 824.292 m2 (vez y media España) y 1.700.000 habitantes de los cuales un 10% son blancos y estimando una familia media de cinco personas, me salen 25 kms cuadrados de terreno por familia blanca, no está mal. Las vallas son una solución acordada por el gobierno y el lobby ganadero para prevenir la extensión de la famosa fiebre aftosa y evitar así problemas puestos por Occidente para impedir importaciones de terceros países. Total que montamos nuestras tiendas con un calor terrible pese a estar a unos 1300 metros de altura.

Este es uno de los tres campos del parque que son como ídem de concentración, completamente vallados. Suelen tener un bebedero al lado con lo que se puede ver los animales que acuden, como si se estuviese en el cine. Sobre todo por la noche en que se ve una zona amplia iluminada por donde entran y salen como a cámara lenta. Me sorprendió mucho lo lentamente que se desarrollaba todo en aquel escenario fantasmal. Aquella primera noche vimos una manada de elefantes con sus crías, jirafas, tres rinocerontes y, más tarde, otro elefante/a solo con una cría que debía de tener semanas pues apenas caminaba y que se nos plantó allí, a diez metros. Todo bastante fantasmal, ya digo.

Por lo demás el campo era muy amplio con piscina, restaurante (ayer nos independizamos del grupo y cenamos en él, por mil pelas nos pusimos las botas.), bungalows de dos categorías (8.000-10.000) y zona de acampada con unas sombras bastante raquíticas. Por el día, como siempre, pájaros y pequeños mamíferos como ardillas. Por la noche lo mismo y otros intrusos como chacales que hasta tenían peleas entre ellos al lado de nuestras tiendas. Un pájaro que llamó nuestra atención fue el Social Weaver o Tejedor Social, una especie de gorrión que hace en los árboles unos nidos colectivos enormes, el que tuvimos al lado debía de pesar cerca de cien kilos.


Ayer estuvimos todo el día con el camión por el parque y vimos de todo, aves y mamíferos a tutti-plen, aunque en ningún momento en grandes manadas. Etosha tiene ambientes vegetales diferentes y es por tanto bastante variado. Estaba todo seco debido a que la temporada de lluvias que ya debía haber empezado se ha retrasado este año. Todo estaba polvoriento, incluyendo los animales. Esto facilitó nuestro trabajo de turistas pues los bichos se agolpaban en las zonas con agua. De los llamados cinco grandes (elefante, león, leopardo, rinoceronte y búfalo) solo nos quedó por ver el búfalo que no existe en este parque.

Bueno voy a dejarlo otra vez pues me estoy mareando un poco y creo que es por escribir aquí.

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