30 enero, 2007

Analizando el Discurso Político


Ya hemos hablado recientemente sobre lo poco que nos deberíamos fiar de lo que nos dicen los políticos en sus intervenciones.

En realidad es inútil escucharles dado que lo que expresan no se corresponde con lo que piensan salvo en una pequeña parte: aquella que tiene que ver con lo que ellos barruntan que queremos oír. No todo lo que queremos oír, por supuesto. Todavía hay otra vuelta de tuerca pues hay muchas cosas que los ciudadanos quisiéramos escuchar y que a ellos no les interesa que trasciendan al discurso por los motivos que sea. De eso tampoco se habla, como es natural ellos fijan el foco. En resumen: hablan de aquellos asuntos sobre los que quieren mantener desviada nuestra atención y con el envoltorio de la palabrería que ellos suponen que desean oír su votantes 'religiosos' (los que jamás modifican su voto, hablaré algún día sobre ellos) y sus votantes potenciales.

Como consecuencia en muchas ocasiones es mucho más esclarecedor 'escuchar' lo que no dicen sobre cualquier asunto que lo que están diciendo: atender al 'negativo' del discurso.

Analicemos de esta manera, a modo de ejemplo, una de las criaturas de nuestro presidente: el Informe del Grupo de Alto Nivel de la ONU sobre la Alianza de Civilizaciones del 13 de noviembre de 2006 (pdf).

Es un documento bastante largo y aparentemente lleno de buenas intenciones (¿civilizadoras?) que como sabemos plasma la filosofía y metodología a seguir para disminuir la tensión entre la parte del mundo conocida como Occidente y la compuesta por aquellos países que son de mayoría musulmana.

Es bastante instructivo, respecto al asunto que tratamos, leerlo completamente, como hice yo en su día, pero es cosa que no se puede pedir ni siquiera desear a nadie.

Por ello mejor hacemos un rápido análisis de su 'negativo'. Utilizaremos la herramienta 'buscar' de Adobe (los pequeños prismáticos) e iremos introduciendo palabras o pequeñas frases y viendo cuantas veces aparecen y en que contexto.

Cada cual puede hacerlo como quiera pero yo utilizaré algunas palabras que aluden a las mejoras que yo considero imprescindibles dentro de los países musulmanes:

1-Democracia: ¡caray, sólo sale dos veces! una riñendo a occidente y otra hablando de ciertos panfletos que habría que difundir en las escuelas.

2-Laico o Estado Laico: una única vez, y hablando de las personas, no de los estados. Probemos con separación (de poderes, de la iglesia y el estado...): nada tampoco. Sin embargo la palabra religión aparece 46 veces, léanse los contextos, es interesante.

3-Igualdad de género: Bueno esta palabra (o su contraria) sale doce veces, pero en relación con lo que yo buscaba solamente en dos ocasiones.

En una de ellas dice textualmente: 'Este problema sólo puede solucionarse con leyes que fomenten la plena igualdad de género', muy sencillo, por lo visto. En el mismo párrafo, más abajo, añade que también en Occidente queda mucho por hacer, cierto pero vaya vaya. La segunda vez parece que ya lo remata pues 'en todas partes cuecen habas', también cierto pero no por ello estas dos escasas alusiones dejan de defraudarme profundamente.

¿Quizás introduciendo 'mujer' directamente? Pues me sale un párrafo completo del que se puede destacar lo siguiente: 'En algunas sociedades musulmanas, individuos religiosos mal preparados, a veces en connivencia con regímenes políticos conservadores y poco ilustrados, han conseguido limitar en gran medida el acceso de la mujer a la vida pública y profesional, obstaculizando así sus expectativas y posibilidades de autorrealización.' Vaya por lo visto mis preocupaciones son infundadas, el problema es minoritario o muy limitado, como claramente dan a entender las palabras subrayadas. Puedo quedarme tranquilo.


Como esto ya se está prolongando demasiado acabaré con la palabra que resume todas las recriminaciones hacia Occidente desde esos países y todos los intereses y por tanto las barbaridades y marrullerías de Occidente en la zona:

4-Petroleo: ¡Ni una solita vez!

Para que seguir.....

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