Y el vencedor es.....
La típica viñeta semanal de Kevin Kallaugher para "The Economist". Suelen ser buenísimas.
Aquí tenéis otra:
Lo que viene a continuación intenta contestar a alguna de las cuestiones que me platea Liki en su comentario a mi entrada anterior y profundizar un poco más en el asunto.
Bueno, la frase de ese Inglés me ha gustado y me parece bastante descriptiva de las políticas de la Unión Europea en general y de las del Eurogrupo en particular, por eso me llamó la atención y la he puesto.
Dicho de manera muy resumida los políticos deberían cumplir al menos estas condiciones (y otras, por supuesto):
1/ Honrados y de conducta ejemplar, ejem, ejem...
2/ Con sus miras puestas en el "Bien Común", en este caso el de Europa, o al menos el de los países que forman el Eurogrupo.
3/ Inteligentes, competentes, expertos en el asunto de que se trate, bien asesorados...
4/ En muchos casos capaces de negociar y alcanzar consensos razonables y adecuados, desde luego si el foro de trabajo y decisión es un órgano colectivo por su naturaleza.
Pasando de puntillas sobre el primer punto (se lo vamos a suponer) creo que en el asunto que tratamos (la estabilidad y buena forma del Euro y de las economías de las que es moneda) cada uno de ellos está pensando allí en sus problemas particulares y en sus electorados (en la continuidad de los puestos de cada uno, vamos) y mucho menos en el bien común de la Eurozona.
Y aunque no fuera así y fuesen capaces de hacer lo que podríamos llamar "Gran Política", cumpliéndose por tanto los puntos 1,2 y 4, quedaría aún el que es probablemente el mayor escollo: ¿se puede en realidad (intrínsecamente o desde el punto de vista teórico)ser competente en política?
Porque una cosa es tener buenas intenciones e incluso hacer modificaciones legislativas que parecen adecuadas y justas (las leyes sobre segregación racial hace décadas en USA, las nuestras recientes sobre la dependencia....) y otra cosa es hacerlo bien o de manera adecuada pues eso implica muchas cosas que no debemos dar por supuestas ni suponer que son sencillas: buena técnica jurídica, disponibilidad de recursos para llevar adelante la reforma, minimizar los efectos perversos....y todo eso es muy complicado, ya se sabe "El infierno está empedrado de buenas intenciones", San Agustín dixit.
Y particularmente en el campo que nos ocupa (la economía) una cosa son las grandes ideas y palabras (prosperidad, justicia, igualdad, erradicación de la pobreza) y otra su implementación práctica, negro sobre blanco, en disposiciones, decretos, leyes, presupuestos, acuerdos internacionales....
En mi opinión la economía teórica está casi en pañales y en la práctica es un sistema muy complejo (o simplemente complejo en el sentido técnico del término) y por tanto enormemente imprevisible e incontrolable y los que la tienen que manejar personajes que, según se ha visto, son muy poco competentes, al menos si basamos nuestro juicio en sus predicciones. El problema mayor es que esta falta de competencia no es debida a falta de formación, sino más bien a que la formación en esos asuntos es imposible por la propia naturaleza de la economía. En realidad son como los brujos de antes: ellos y todos los demás de la tribu piensan que tienen el poder de actuar sobre ella pero eso es solo un sentimiento y el conocimiento en que se sustenta es radicalmente pobre o falso, todo se trata por tanto de una gran ilusión, aunque como se trata de un grupo tan extenso y heterogéneo siempre hay alguno que acierta sobre lo que pasa en ese momento concreto y casi todos aciertan alguna vez.
Quiero matizar lo anterior con algo importante: lo que si funciona en realidad es la contabilidad (especialidad menor o despreciada de la "Gran Economía") o lo que en España llamamos "la cuenta de la vieja". Entradas, salidas, balances..........eso sí es fácil y claro. Y ahí, ¡ay amigo! ahí tenemos una gran deuda o mejor un gran pufo (al menos Grecia y todos los que han hecho o están haciendo "contabilidad creativa", es decir casi todos), en el sentido estricto que le da el DRAE.
Unos más y otros menos todos tenemos de eso. Es decir que la riqueza o el dinero real del mundo es mucho menor que el apuntado en los libros, Por eso el pufo es mundial y viene creándose (según dicen los que saben de esto) desde hace casi treinta años, que es los que llevamos viviendo a crédito en una huida hacía adelante del sistema.
Por ello lo que va a pasar en cualquier caso es un cambio muy significativo en lo que se ha llamado nuestro "nivel de vida". Y lo realmente importante es por que caminos vamos a discurrir y a que lugar llegamos finalmente cuando el mundo haya pasado por todos estos cambios que se avecinan. Todo el proceso va a durar entre una y tres décadas, para arribar a un nuevo sistema, paradigma o equilibrio dinámico, llamémoslo como queramos.
De 1914 a 1945 durante ¡tres décadas!, del principio de la "gran guerra" al final de la segunda y Bretton Woods, el mundo transito del sistema colonial o imperialismo al capitalismo avanzado. Ahora estamos iniciando una transición semejante.
El río es está poniendo cada vez más turbulento debido a una serie larga de rápidos o algo peor que tenemos por delante y ¿a quién tenemos al timón? a nuestros queridos políticos, como siempre ¡Dios nos coja confesados! Debo añadir que ellos no son ni peores ni mejores que los demás, son sencillamente humanos.
Dicho de otra manera: no tengo ni idea que como va a ser todo lo que se avecina pero seguro que no será un camino de rosas.
Nota final: volviendo al mundo real parece que para cada vez más "expertos" las únicas salidas sensatas para transitar hacia esa bajada de nivel de vida de una manera controlada pasarían todas por soltar el demonio de la inflación (atándolo corto, claro, jejeje). Yo también la veo como la más sensata. En Europa el principal problema sería nuestro país líder: para Alemania eso es resucitar al ogro de Weimar ¡anatema!.
Las causas son múltiples pero sin duda una de ellas es esta:
Cuando hace más de medio siglo se negociaron los contenidos y reglas del juego de la Comunidad Económica Europea fue muy comentado el portazo euroescéptico de uno de los comisionados británicos: «Ustedes nunca se pondrán de acuerdo en nada y si se ponen de acuerdo no se cumplirá y si se cumple será un desastre».
Carta del Director (Pedro J. Ramírez), El Mundo, 07/08/2011.