Rubik
Cuando estudiaba uno de los últimos cursos de la carrera hizo furor un nuevo, sencillo, original y extraordinario juguete, el ahora famosísimo Cubo de Rubik.
Recuerdo perfectamente que me lo compré como por finales de mayo, cuando la intensidad del estudio estaba en pleno ascenso, llegándose con facilidad a las ocho y diez horas diarias.
Lo utilizaba en los descansos para relajarme, durante cinco o quince minutos varias veces al día le daba vueltas y vueltas tratando de resolverlo.
Primero aprendí fácilmente a completar la primera cara. Después otra y otra, cada vez con más dificultades. Finalmente, coincidiendo de un modo muy oportuno con los últimos exámenes, conseguí una panoplia de movimientos y secuencias, la mía pues nadie me había enseñado, que me permitía completarlo en hasta ocho minutos, lo consideré una pequeña hazaña personal....
Pues bien, así están ahora las cosas:
A-Resuelto en ¡7,85 segundos!:
B-Dos a la vez, ¡¡en 42 segundos!!
C-Resuelto a ciegas, ¡¡¡en menos de 76 segundos!!!
A ver cuando un robot es capaz de mejorar este increíble trabajo en equipo mente-mano....
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